Siempre se ha dicho que los rayos del sol y la
calefacción, aires acondicionados y demás son muy dañinos para tu cabello por
eso hoy hemos decidido hablar de cómo afecta la calefacción al cabello sobre
todo en esta época del año.
Los cambios bruscos de temperatura, la
humedad, el viento, pasar del frío de la calle al calor de los recintos
cerrados, hace que nuestro pelo sufra y se reseque igual que le pasa a la piel.
Aunque esto no se note rápidamente, es un proceso progresivo que, si no se toma
solución diaria luego es muy tarde y se necesitan unos cuidados extras.
Nuestro cabello se encuentra compuesto por la
cutícula, el córtex y la médula. El calor perjudica al córtex puesto que hace
que la cutícula se dilate. Entonces, al
encontrarse desprotegida la cutícula, se daña la elasticidad y la resistencia
del cabello. Y, durante los meses en los que encendemos mucho la calefacción,
nuestro cabello sufre todavía más que de normal y es víctima de una deshidratación profunda y esta mezcla hace que el cabello se
reseque, pierda su luminosidad, su caída y se apague.
¿Cómo poder poner remedio a esto? Es muy
importante hidratar el cabello mucho y muy a menudo, por ejemplo, es esencial
utilizar una mascarilla hidratante. De esta manera aportas esa hidratación
extra al cabello. Aplícala mientras te lavas el cabello durante unos dos o tres
minutos y, un consejo que puede irte muy bien para contrarrestar esa sequedad y
falda de agua en el cabello: impregna el cabello, desde mitad del mismo hasta
las puntas (nunca el cuero cabelludo) de mascarilla durante, mínimo, una hora.
Tras ello, enjuágate el cabello en abundancia y verás qué cambio.
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