El cabello siempre necesita agua y, sobre
todo, durante esta época del año en la que sufre más debido a las bajas
temperaturas, al viento y al frío y al contraste que supone respecto a los
sitios cerrados y la calefacción.
Por ello mismo se debe tener un especial
cuidado en esta época del año e hidratarlo mucho más para que no se apague ni
pierda la luminosidad del mismo.
Lo primero y principal es limitar el tiempo al
que sometes el cabello al secador y utilizar una configuración más baja de
calor. Si se utiliza muy a menudo el cabello y durante mucho tiempo, este se
reseca y se vuele quebradizo.
Lo
mismo sucede con las planchas de pelo. Utilízalas lo menos posible y a una
temperatura baja o medio, no al máximo. Esto hace que se pierda la luminosidad
y que se vaya secando el propio cabello.
Por otro lado, debes utilizar productos para
el tipo de cabello que tengas. Hay
champús que poseen aloe vera, albaricoque o aguacate, que aportan una alta
cantidad de hidratación a tu cabello y ayuda a que se mantenga vivo y
cuidado. Cuando lo laves, no uses agua
muy caliente, es mejor utilizar el agua templada ya que si esta a una
temperatura muy elevada, se quitan los aceites naturales del cabello y la humedad del mismo y del cuero cabelludo
lo que hace que este se quede seco y opaco.
Eso sí, intenta utilizar champús que no
contengan sulfatos, ya que no se dañará el cabello ni afectará a su aspecto externo
ni interno, ni tendrá la sensación de un cabello apagado.
Cuando te laves el pelo, recuerda usar el
champú por todo el cuero cabelludo pero el suavizante y/o la mascarilla sólo
por los extremos del cabello.
Siguiendo estos consejos, seguro que poco a
poco el cabello va recuperando el H2O que necesita.
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